miércoles, 28 de julio de 2010

DAIBUS: Un viaje peculiar


Es Miércoles Santo. Por fin ha llegado la Semana Santa! y como buena malagueña que soy me voy pa mi tierra a ver tronos, respirar incienso y moverme entre multitudes. Porque las cosas como son: una de las cosas que más nos gusta a los malagueños a parte de los espetos, la playa y decir que Antonio Banderas nació aquí es ir al centro en Semana Santa y estar mas apretujaos que una sardina en una lata. Además después de tanto Madrid y tanto follón de trabajos, entrevistas y demás no puede venirme mal volver a mi tierra unos cuantos dias. Muy contenta y dicharachera, me dispongo a buscar vuelo cuando observo las tarifas seleccionadas para las fechas comprendidas entre Miercoles-Jueves Santo y Domingo de Resurección.

-Maaaadre de mi vida!! Ni que el avión fuera de oro....

Opción B: Renfe. Nuestro querido y muy esperado AVE que te pone en la playa de la misericordia en 2 horitas y media... Aquí esta, Miércoles Santo a Domingo...

-Maaaaaaadre de mi vida!! ¿Pero qués es esto? ¿Es que se han puesto de acuerdo para que este año nadie vea tronos? Pues yo me voy para Málaga aunque sea haciendo footing...

Opción C (solo recomendada para ocasiones desesperadas): El bus.

Aquí es donde comienza mi peripecia de hoy.
Daibus es la empresa que hace el recorrido entre Málaga y Madrid. Yo he sido usuaria de sus servicios bastantes veces ya y debo decir que el 100% de las veces, me he prometido a mi misma que sería la última y que la próxima vez pagaría un poco más para irme en Tren. Lo que pasa es que este autobus tiene truco y trabaja como una gran tentación de la que es dificil apartarse ya que la tarifa de ida y vuelta ronda los 43 euros (frente a los 160 de renfe). Así que cuando vas a sacarte un billete la conversación que mantienes con tu subconsciente viene a ser así:

-¿Me voy en bus o me voy en tren?
-Tren. Sin duda tren.
-Pero es que el bus es tan barato...
-Si pero el tren te lleva en 2 horas y media!
-Ya pero el bus es taaaan barato...
-Si, pero recuerda la última vez!
-Ya, pero es que es taaaan barato....me duermo y así se hace más corto.
-Recuerda la ultima vez, recuerda la ultima vez!
-Me voy en bus que me ahorro un pastón.


Y así es como al final te encuentras donde estaba yo en ese momento. Aún así, mi intención esta vez no era en absoluto usar el autobus, pero visto que los otros medios de transporte no estaban a merced de mis posibilidades económicas, y que yo quería ir al sur fuera como fuese, acabé donde acabé: En la estación Méndez Álvaro un Miercoles Santo a las once de la noche.

Cuando llegué a la estación, como siempre a 5 minutos de que saliera el bus, el panorama que me encontré allí fue desolador. Desde lejos parecía una batalla campal al más puro estilo BraveHeart. Lo que a mi me parecíeron cientos de personas, luchaban por conseguir encontrar su plaza en uno de los 9 (si, 9) autobuses que Daibus había destinado al recorrido Madrid-Málaga. Hallá donde miraba, gente gritaba y corría de un bus a otro intentando colarse en alguno, y en cada uno de ellos, unos conductores cuando menos estresados intentando pasar lista y decirle a la gente cual era su vehículo. Mientras tanto, una señora se acerca a mi y me dice que si tengo billete para Málaga me lo recompra. Con cara de no saber qué hacer, respiro hondo, dejo a la mujer con la palabra en la boca y me dispongo a adentrarme en la batalla para saber qué autobús es el mío.
Después de numerosos pisotones, empujones y un tirón de pelo -supuestamente accidental-, consigo acercarme a un chófer bastante estresado que me dice que mi nombre está en el autobús número 3. Le doy las gracias y echo a correr entre la muchedumbre buscando el autobús en cuestión. Cuando lo encuentro, una señora me informa de la verdadera situación: Daibús no había previsto que tanta gente quisiera ir a Málaga en estas fechas (por lo visto años anteriores no había sido tan bestia), así que vendió billetes a mansalva y un par de días antes, se dieron cuenta de que no tenían suficientes buses disponibles para tanta demanda, por lo que tuvieron que "alquilar" buses para tal efecto. La gente que sacó su billete primero iba en un bus nuevo, cómodo y con aire condicionado. La gente que, como yo, había sacado su billete a última hora, iba en un bus, que la semana anterior había servido para transportar gallinas (o al menos eso fue lo que em apreció a mi).

La cosa era que mi autobús resaltaba entre todos los demás. Cuando los otros eran altos, fuertes y con cristales tintados; el mío era pequeño, marrón y yo hubiera jurado que de tiempos de la dictadura. Estoy segura de que si Ibáñez hubiera visto ese autobús y la imagen que daba entre todos los demás, lo hubiera destinado como medio de transporte para alguna peripecia de Mortadelo y Filemón.

-Un momento- le dije a la señora-¿pero nosotros vamos a ir....ahí??-

De repente, uno de los chofers se subió a lo más alto de uno de los buses y gritó "PORFAVOR, TENEMOS QUE PARTIR. VAYAN SUBIENDO PORQUE EN CINCO MINUTOS NOS VAMOS. Y EL QUE NO ESTÉ DENTRO SE QUEDA EN TIERRA!"

En ese momento, se desplegó una avalancha de gente intentando subir a la vez a todos los autobuses. Eché a correr y me metí como pude en el mío,con más miedo de perderlo que de viajar en él. Cuando por fín conseguí entrar, el chófer del bus discutía a gritos con uno de los pasajeros mientras la gente miraba. Por lo visto, el bulto que llevaba el hombre era demasiado grande para llevarlo en cabina, y el pasajero le decía al chófer que lo llevaría aunque él no quisiera. Comenzaron a encararse y el conductor dijo que el bus no saldría mientras no bajara su bolsa al maletero. Casi con lágrimas en los ojos, ví como el resto de autobuses se marchaba, quedándo aparcado allí solo el mío (porsupuesto) y con dos personas que no se ponían deacuerdo. Hizo falta media hora de gritos, un amago de pelea y un guardia de seguridad para bajar al tio del bus, que al final prefirió quedarse en tierra que bajar la bolsa (cabezotas y gilip***as hay en todas partes). Desde mi ventana, pude ver como nos miraba desde el andén cuando por fin salimos de la estación, casi una hora depués de lo previsto.

Así comenzamos nuestro viaje, en un autobús de gallinas, sin ningún tipo de sistema de seguridad, más apretados que en una lata y con un chófer de unos 107 años que achicaba los ojos para enfocar la carretera. Cuando no llevabámos ni una hora de viaje, vemos como el autobús se para aparentemente sin motivo y la mitad de los pasajeros que ibamos medio acurrucados nos despertamos. No encontrábamos literalmente en mitad de la autovía A-4, parados en el arcén a la 1 de la madrugada. ¿El motivo? un conductor que se hacía pis y no se le ocurrió un lugar mejor para parar. Tras él, 7 tíos más bajaron del bus para descargar sus vejigas en mitad de la noche no sin antes protestar, porque nuestro autobús no tenía lavabo. El numerito nos costó media hora más de retraso.

Seguimos nuestro camino ya con el conductor bien desahogado, cuando siento como el bus para de nuevo.

-¿Y ahora qué?

"SEÑORAS Y SEÑORES VAMOS A HACER UNA PARADA RUTINARIA DE 40 MINUTOS"

-¿¿¿40 minutos???? Para qué?-

De todos es sabido que el Daibús para a mitad de camino durante media hora. Mi sorpresa vino cuando el conductor del autobús se acercó al señor que estaba de guardia en la gasolinera y le preguntó por un mapa de carreteras.

-No puede ser- me dije a mí misma negando con la cabeza. Y fue aquí, exactamente aquí, cuando me di cuenta del error que había cometido eligiendo el bus en lugar del tren.

Tras otro rato proseguimos nuestro viaje. Debo decir que me dormí un par de horas así que no se muy bien lo que ocurrió en ese tiempo, pero sé que me levanté para descubrir que ibamos a parar durante 45 minutos en Granada.

-¿45 minutos?- le pregunté a la mujer que se sentaba junto a mi. -¿¿Y qué co*o estamos haciendo en Granada si el Daibús siempre viene por Córdoba??

Tras decir ésto el chófer nos informó de nuestra nueva hora de llegada. Una llegada que en un principio estaba programada para las 5de la mañana y que al final sería a las 7. No nos lo podíamos creer. El señor había discutido con uno de los pasajeros, parado en mitad de la autovía, había hecho el camino que le había dado la gana y encima nos tenía alli parados 45 minutos más. La gente no lo soportó.

Una avalancha de gritos y protestas -yo incluida- comenzó contra un chofer que parecía no oir nada y que se tomaba un café con la mayor parsimonia de la historia. Al final, nos calmamos y decidimos echarle paciencia al asunto porque, qué otra cosa podríamos hacer. Al fin y al cabo, era él quien conducía. Proseguímos el viaje y la última peripecia se dió a nuestra llegada a Málaga. (Se recuerda a los lectores que los datos que se dan son veridicos)
Resulta que el señor conductor hacía años que no hacía la ruta Madrid-Málaga y, claro, es lo que tiene que Málaga haya cambiado un poco el los últimos 25 años. Cuando llegamos, el trono de la Cofradía de la Aspiración estaba todavía encerrándose (muy tarde, por cierto). Como no sabía el camino, el conductor de nuestro autobús se pasó la entrada con el cartel que decía "estación de autobuses" y aceleró directamente hacia la zona cortada para el tráfico. Trás el grito de varios pasajeros del bus -entre ellos una servidora-, y la mirada atónita de los viandantes/nazarenos que todavía deambulaban por allí, el bus dió la vuelta para meterse en una calle que nos llevaría en dirección contraria a donde queríamos ir. La gente volvió a gritar y el conductor se agobió. Paró el bus en medio de un cruce y se quedó pensativo hasta que ya no lo soporté mas. Como pude, salí de mi asiento y me senté en las escaleras de al lado de él. Intetándo calmarme a mi misma y con el corazón a mil, me apiadé del pobre hombe y fui indicandole el camino a seguir hasta la estación de auobuses mientras una jauría de pasajeros gritaban detrás de mí. El pobre hombre me pidió mil perdones; y fue entonces cuando me contó que no iba a Málaga desde hacía 25 años. Cuando por fín llegamos al cruce de la estación, volví a mi sitio....para tener que levantarme de nuevo de inmediato porque nuestro chófer se había pasado la entrada a la estación y se dirigía en misión suicida en dirección contraria por la calle paralela a la estación.

Cuando por fin puse los pies en suelo firme, nisiquiera yo me lo creía.

Aun asi, esta no fue la última vez que cogí el Daibus, ni la última vez que me pasaron cosas en él...


....pero eso ya es otra historia.


P.

lunes, 26 de julio de 2010

Mi vida sin tarjeta (o cómo sobrevivir en Madrid con 15 euros)

Ayer me sacaron los colores en una tienda. Pero tengo excusa! Resulta que soy usuaria de un banco que, en mi ciudad natal está por todas partes, y aqui en Madrid solo existen 6 sucursales! así que debido a ello, me dedico a ir por ahí con la única compañía de mi tarjeta de credito/debito. Los que ya me conocen, han vivido ciertas situaciones delicadas conmigo debido a este problema...

-Pero P! otra vez vienes sin dinero??
-Yo pensaba que aqui se podía pagar con tarjeta...
-Pero si esto es un kiosko, ¿cómo vas a pagar con tarjeta?
-Bueno chicas...teneis dinero para prestarme? Es que me cobran comisión en todos los cajeros...

Si repetimos esta conversación cambiandon la palabra "kiosko" por, "bar", "taberna", "tienda de chinos" o "100 montaditos", podéis haceros una idea de lo que es el día a día de mis fines de semana en Madrid. Pero lo cierto es que es cierto! mi banco es tan especial que me cobra comisión en cualquier cajero del mundo, y como comprenderéis, no voy a pagar 4 euros por sacar dinero que encima es mío!

Aun así, voy sobreviviendo con el sistema de pagar con tarjeta hallá adonde voy....hasta hoy. Resulta que la banda magnética de mi tarjeta, mi única fuente de subsistencia en esta ciudad, está rota. Así que ayer nisiquiera me valió la excusa de la comisión: directamente no me dejaron pagar.

Al regresar a casa me encontraba cavilando sobre lo acontecido con la tarjeta cuando me acordé de que tenía algo de dinero en efectivo en mi habitación...por lo tanto no me haría falta ir al banco todavía!
-Iré mañana- pensé...y muy contenta invertí el resto de la tarde socializandome en facebook. Hacia el final del día mi teléfono sonó. Era de la oficina. Su recepcionista estaría de baja a partir del día siguiente y me querían sustituyéndola la semana entera...-Genial! dinerito para el bolsillo- pensé. La duda surgió en mí en mitad de la noche....




-Un momento: ¿Cómo voy a ir al banco si tengo que trabajar?.


En mitad de la noche y tratando de no hacer ruido, abrí el cajón de mi habitación donde tenía el dinero en efectivo para descubrir, con todo el dolor de mi corazón, que mi presupuesto ascendía a 15 euros.




15 euros.....Contando con que tenía que trabajar de 9 a 4 y que para llegar a tiempo a la oficina tenía que coger el metro a las 8:10, me quedaban dos opciones:

-Llegar tarde uno de los días y arriesgarme a que no me llamaran más.(lo cual no era factible)
-Intentar aguantar toda la semana con 15 euros.



Evidentemente, no hace falta decir por cuál me decanté. Aunque estaba totalmente positiva "yo creo que puedo hacerlo; simplemente no tengo que gastar nada de dinero en toda la semana....así ahorro..." Y con estas especativas comencé un Martes.


Martes

8:10 Cojo el metro. No tengo que gastar nada porque tengo el abono. (Muy Bien!)
8:55 Llego a la oficina bastante dormida...-debería comprarme un café...en verdad no es tanto gasto...un café al día no puede suponer más de 6 euros en toda la semana...y tengo 15...además si no me bebo el café no rendiré lo suficiente...si, me lo voy a comprar...al menos hoy!-
9:01 Sentada en mi mesa con un café y 13'50€ en la cartera.
13:00 Mi jefa me saluda y me dice que van a bajar todas a comer por su cumpleaños. (Mie**a, yo no tengo dinero!) Me escaqueo como puedo dicinéndole que he quedado para comer por otro lado; me insiste y termino aceptando tomar otro café con ella después de la comida.
14:30 Tras esconderme en un callejón para comerme el sandwich de turno y que mi jefa no me vea, voy a tomar algo con ella y los demás en el bar de abajo de la oficina. Me entero de que mi jefa ha invitado a la comida (mie**a!) y encima cada uno tiene que pagar su cafe. (jod**!). 1`5€ menos.
16:00 sentada en mi mesa con 12 euros en la cartera.
19:00 salgo de la oficina. Destino: directa a casa sin mirar ni una tienda.
20:05 Llego a casa del tirón y sin parar. Muy buen resúmen del día para empezar. Si sigo así aguanto toda la semana fijo!


Miércoles

8:10 Cojo el metro. Gasto 0.
8:55 Compro el café de turno. 10´50 € restantes.
9:00 Empiezo mi día.
9:45 Hambre, hambre, hambre, hambre....y sólo tengo un sandwich y es para el almuerzo... -No tengo que gastar dinero, yo aguanto, aguanto, aguanto, aguan....
-Voy a bajar a por una napolitana, ¿quieres algo?
-(Tentación!! Odio cuando pasan estas cosas)Si, traeme una si no te importa.
10:30 Estómago lleno y 2`5€enos en la cartera. Crédito restante: 8€.
19:00 Consigo aguantar todo el día con el sandwich de mier**, y vuelvo a casa como los burros y sin mirar a los lados.
20:00 La nevera medio vacía. Llegó la hora de ser creativa en la cocina.

Jueves

8:10 Cojo el metro.
8:55 Café 1.5€. Crédito restante: 6`5€
9:00 Empiezo el día
10:00 Me como un sandwich con las partes de los extremos de un paquete de pan Bimbo y una loncha de tranchetes que quedaba al fondo de la valda de la nevera.
13:00 Como una ensalada que consta de: medio tomate, un trocito de cebolla, el extremo de un pimiento y un mix hecho con macarrones y lacitos (restos de ambos paquetes).
19:00 Corro a casa casi con los ojos tapados.
20:00 Me gasto 3`20€ en el supermercado: Pan de sandwich, jamon cocido, tranchetes.
20:30 Llego a casa. Crédito restante: 3`30€.

Viernes

8:10 Cojo el metro
8:55 Nada de café hoy. No hay dinero.
9:00 Empiezo mi día dormida encima del teclado.
10:00 Me doy una torta en la cara para despertarme y voy al baño a echarme agua fria en la cara.
13:00 Me como un sandwich de jamón y queso más seco que la hostia con cara de pena y el maquillaje corrido por culpa de los sucesivos "baños" de agua fría en la cara.
19:00 Como una campeona, aguanto el día entero sin gastar ni un duro. Me vuelvo a casa sonriente, triunfal y con más hambre que el perro de un ciego.
20:30 Me llaman para cenar fuera. Los 100 montaditos. Mie**a! alli no se puede pagar con tarjeta. Da igual. Me hago un plato de pasta con lo que todavia me queda en el fondo del armario.

Sabado

Mañana en casa.
17:00 salgo a tomar un café (porque yo lo valgo)
19:00 vuelvo a casa tras el café. 2'00 euros menos.
Crédito restante: 1`30€

Domingo

Mañana en casa
17:00 Salgo a dar un paseo "porque es sano y no cuesta pasta"
18:00 Voy a darme un homenaje gantándome lo que me queda de dinero en una revista. He empleado bien la semana y me lo merezco. Además mañana ya es Lunes y podré ir al banco a sacar dinero.
20:30 Fin de la semana. Estoy en casa comiendome un sandwich. Crédito 0 pero muy contenta.
21:00 Mensaje de mi compañera de trabajo. Estará de baja toda esta semana también y me avisa de que me toca sustituirla de nuevo. Le respondo que allí estaré y que gracias.

-Genial!-pienso -dinerito para el bolsillo!





Un momento!!................




Mierda.


P.

jueves, 22 de julio de 2010

Un día de lo más cultural



Madrid es una ciudad genial. La Capital con C mayúscula... ¿Quién no ha pensado alguna vez en su vida en hacerse bohemio y dejar todo atrás para venir a buscar fortuna a la gran ciudad?

Cuando yo decidí mudarme a Madrid, una de las cosas que más me emocionaban era la gran oferta de actividades socio-culturales que este lugar ofrece. Obras de teatro, cines, conciertos, museos...Madrid es una de esas ciudades en las que no te puedes aburrir porque siempre hay algo genial que hacer....



.....por un módico precio, porsupuesto.



Mi intención cuando vine a vivir aquí era aprovechar los fines de semana y recorrerme hasta el más minúsculo rincon de Madrid. Quería aprovecharlo todo, así que me hice con un ejemplar de la Guia de Madrid y una lista de los principales museos de la ciudad.

Descarté inmediatamente los cines porque, de eso tenemos también en el sur. Así que me fui directamente a los teatros. Musicales como Chicago y Grease resonaban en mi cabeza y decidí que ir a uno de esos espectáculos sería la mejor forma de iniciar mi formación cultural en la capital.

-"Vaya!- pensé -¿estos son los precios?, un pelin caros, no?"

Me sorprendí un poco cuando ví que la entrada más barata costaba 36 euros, o lo que es lo mismo, mi presupuesto total de todo el fin de semana, y que además, se encontraba situada en lugares estratégicos como detrás de una columna y cosas así. Con mucha pena en mis ojos, suspiré, pasé las páginas, y fui descartando uno a uno los teatros, de momento.

Museos. Esto si! de todos es sabido que los museos de Madrid tienen ciertas horas al dia totalmente gratuitas para el que, a pesar de no tener mucho dinero, quiera cubrirse de cultura. Siempre me había hecho mucha ilusión visitar el Thyssen....voy a ver cuando puedo ir....

-Mier**. "El museo de arte Thyssen-Bornemisza es el único museo de Madrid que no ofrece horas de entrada gratuita". También es casualidad!!

Veamos otro...el Reina Sofía. Este sí. Horas de visita gratuitas: Sabados de 14.30 - cierre.

-Genial!! Empezaré mi andadura cultural por el museo Reina Sofía de Madrid. En la revista dice que se tardan un par de horas en verlo...así que después podría tomarme un café en alguna de las cafeterías tan monas que hay alrededor del museo y......

.....sí! hay una degustación de cocido madrileño en el centro! No es algo que la gente vaya buscando hacer en Madrid, pero es gratis y podría estar bien...empecemos!





-Muy bien, preparada para salir. Llevo zapatos cómodos, y mi cámara de fotos cargada y lista para pasar un día de lo más cultural. Ahora solo tengo que ver como se llega a....¿¿¿qué es esto???

Una cola enorme salía de la puerta del museo y daba la vuelta a la esquina. Parece ser que yo no era la única que había tenido la genial idea de ir al museo en sábado. Turistas, niños y familias ataviadas con gorras y camaras de fotos esperaban ansiosos su turno para entrar en un museo que se parecía más un centro comercial en rebajas que a otra cosa.

-Bueno-pensé-veré el Guernica y algo de Dalí y me iré.

Después de casi una hora esperando para pasar un detector de metales, me dirigí con el mapa hacia la 3º planta donde se encontraba la obra maestra del pintor malagueño, y ya desde el ascensor pude ver el gentío. Al parecer, el Guernica de Picasso es la obra que más turistas atrae y la 3º planta no era más que una copia de la cola de la entrada, solo que un poco más dispersa.

Tras hacer unas cuantas fotos al cuadro (de lejos y con cabezas con gorras por en medio), me dí por satisfecha y avancé un poco admirando la obra de Salvador Dali entre empujones. Me maldije a mi misma por no haberlo pensado antes (a pesar de que una de mis compis me lo advirtió) y con las mismas me fuí de alli. -Parece ser que no es el mejor día para ver cuadros-.

Caminando por la calle y intentando hacer algunas fotos artisticas de cualquier cosa, me topé con una cafetería muy cuca que hacía esquina, y me acordé de mi propósito de tomarme un cafe -bohemio- al lado de un museo -también bohemio- para hacer mi dia lo más bohemio posible. Entré y ordené un capuchino. Me hubiera gustado sentarme en una mesa con vistas al Retiro mientras leía un libro y ponía cara de meláncolía,  pero las ventanas estaban ocupadas, así que tuve que conformarme con poner cara triste en una mini mesa, al lado de una escalerita que llevaba a un almacen - no muy bohemio, por cierto-.

Aun así estaba positiva; me tomé el cafe, muy bueno, la verdad, y me dispuse a continuar mi día. Cuando el camarero me trajo la cuenta sentí como mis ojos se salían de sus órbitas.

-¿¿¿3 EUROS???? ¿POR UN CAFE?- le grité al camarero con cara de desconcierto.
-Es lo que cuesta- me dijo.
-¡3 euros! pero de quién era la vaca, de la Reina Sofía??

Todavía un poco perpleja, pagué el café y con todo el dolor de mi alma (y mi bolsillo) salí de la cafetería rumbo al centro.

Busqué la calle donde daban la degustación de cocido madrileño; no era la hora perfecta para comer cocido, pero precisamente por eso pensé que sería el mejor momento para hacer algo cultural sin mucha gente alrededor.





Como de costumbre, ESTABA EQUIVOCADA.





Cuando llegué a la dirección acordada, una jauría de turistas (quienes yo hubiera jurado que eran los mismos que estaban en el museo)se empujaban unos a otros para poder conseguir lo que a mi me pareció, un minúsculo recipiente de plástico y un panecillo gratis, ante unas azafatas a las que les hubiera venido muy bien tener a mano un látigo y una silla. Desde fuera, la imagen se me representaba a una manada de hienas luchando por comerse una cebra. Ni siquiera me acerqué. Si avanzaba y intentaba conseguir uno, sería una señal de que me había convertido en uno de ellos...así que salí de alli y puse pies en polvorosa para no volver jamás.

Un poco decepcionada por mi día cultural, me dirigí a Gran Vía con la intención de mandarlo todo a hacer puñetas y animarme a mí misma comprándome algún capricho. Y entonces me encontré con el fenómeno al que yo llamo "GranViaUnSabadoPorLaTarde".

Me pisaron 3 veces y me empujaron otras tantas antes de poder acercarme siquiera a un escaparate. Familias, turistas, mendigos y demás se habían puesto de acuerdo para caminar al mismo tiempo por el mismo sitio. El centro de Madrid era la jungla y yo no era más que un cervatillo intentando sobrevivir.

Por fin conseguí entrar en una tienda y me enamoré de un jersey rojo. Me dije a mi misma que me lo merecía y me puse en la cola para pagar. Tras lo que a mi me pareció una eternidad esperando y en tensión porque la persona que estaba detrás de mi no metiera la mano en mi bolso y me robara la cartera, llegué a la caja y saqué la tarjeta ante una dependienta un poco asombrada.

-Oh, lo siento mucho....-me dijo.
-¿Porqué?- pregunté yo (temiendome ya lo peor)
-Es que no podemos cobrar con tarjeta, está roto el datáfono- y diciendo esto, me señaló un minúsculo cartelito de plástico sobre el mostrador y en el que se podía leer "solo pagos en efectivo".

Sin decir siquiera adiós, salí corriendo de allí y me metí en la primera boca de metro que encontré. ¡Ya ni ir de tiendas me dejan! y durante el camino de vuelta a casa, esperimenté la misma sensación que yo creo que se experimenta cuando vuelves de una guerra.

Llegué a casa cansada, pisoteada, acalorada, con hambre y habiéndome gastado 500 de las antiguas pesetas en un cafe de mi**da, para encontrarme con una compi de piso viendo la televisión que me dijo:

-Que, ¿has visto el museo? Bonito...¿verdad?


Gracias a Dios que no había ningún utensilio punzante cerca.

P.

miércoles, 21 de julio de 2010

**** carburantes, Buenos días.

¿Alguna vez os habéis preguntado cómo es trabajar en una gran multinacional?

Yo creo que todos nos lo podemos imaginar; ¡lo hemos visto en tantas peliculas!; una oficina abarrotada de gente que habla por teléfono, reuniones importantes, tipos con maletín haciendo negocios de miles de euros, secretarias super monas sentadas fuera de cada despacho y absolutamente todo coordinado por citas, plazos y departamentos...pues bien, como ocurre en estos casos, no es exactamente así.



Resulta que hace unos días mi jefa me llamó contandome que había una recepcionista que necesitaba un par de días para un reconocimiento médico y que querían que yo la suplantara. La empresa era una gran multinacional de carburantes situada a las afueras de Madrid. Debido a mi pasado trabajando con coches y a la famosa empresa, no me hizo falta buscarla en internet aunque si que me sorprendió el hecho de que durante dos días la organización de las oficinas centrales españolas de esa empresa estaría distribuida.................por mi.



Llegué a la hora acordada a un edificio de unas 9 plantas todo lleno de cristaleras y con un gran logotipo encima. Entré, y tras pasar el dichoso aunque al parecer necesario control de seguridad -metales, dni, etc- me dispuse a buscar la recepción. Tras unos 5 minutos dando vueltas como gallina sin cabeza por la planta baja, un guardia de seguridad se compadeció de mi y me comunicó que en esas oficinas, la recepción se encontraba en la última planta.



¡¡¿¿??!! La última? Qué clase de imb*** pone la recepción de una empresa así en la última planta?



Un poco sorprendida y un pelin avergonzada, cogí el ascensor y subí hasta arriba. El proceso fue más o menos igual que las veces anteriores. La señorita en cuestión me explica lo que tengo que hacer, me da una lista con las extensiones de los teléfonos y se larga dandome las últimas instrucciones desde el ascensor. Tras esto, miré mi mesa. Era un mostrador comprado en IKEA en medio de una sala enorme decorada con los colores corporativos y un gran surtidor de gasolina antiguo en una esquina a modo de "escultura". Detrás de mí, un pasillo con salas para reuniones que supuestamente yo debía gestionar, y al lado, un pequeño cubículo para el correo donde un chaval se pasaba de vez en cuando para recoger sobres y repartirlos.



Me senté en la silla y empecé a mirar la lista de extensiones telefónicas. Solo en ese edificio, había más de 550 personas trabajando. ¡Quinientas cincuenta! y yo tenía el nombre y el apellido de cada una de ellas; vale, no tiene porqué ser tan dificil... sin embargo no sabía que la catástrofe vendría más tarde.



Como el teléfono no sonaba me dediqué a entretener mi tiempo con otros placeres, así que entré en internet:



http://www.facebook.com/ -> BLOQUEADO (mierda!)

http://www.tuenti.com/ -> BLOQUEADO (mierda!!)

http://www.hotmail.com/ -> BLOQUEADO (mierda!!!)



-"¡¿Pero esto que c*** es?!



http://www.iberia.es/ -> BLOQUEADO (¿y si necesito solicitar un vuelo?)

http://www.google.com/ -> Esta sí funciona, menos mal....voy a pinchar en la primera que me encuentre....



http://www.wikipedia.es/ -> BLOQUEADO



¡¡¡¡¡*&%$%*!!!



Vale, es evidente que internet no va a ser una de las cosas que me entretengan esta mañana. Opción B: cajones. Vamos a cotillear...



Cajón 1: Material de oficina (basicamente unos cuantos bolis bics, un tippex y un par de post-it)

Cajón 2: Carpetas con papeles sin sentido como facturas, recibos, albaranes....

Cajón 3: Despensa; almacén de comida de la chica que trabaja ahi normalmente. Una manzana, una paquete de galletas abierto y una caja de té.

Fin de los cajones.



Muy bien, se ve que tampoco voy a encontrar nada aquí que me entretenga...Ahora me arrepiento de no haber cogido el "20 minutos" que esa chica repartía al lado del metro...



Suena el teléfono. Primera llamada del día.



-¿**** carburantes , buenos días?
-Buenos días, me pasas con alguien de gestión?
-mmmmmmmmmmmm.... gestión?
-Si, con alguien de gestión por favor.
-mmmmmm...no sabría usted decirme el nombre porfavor?
-Pues....es que no se como se llama...pásame con el que sea.
-Es que....(sonido de hojas que pasan) vale un momentito por favor...



ESTRES!!

¿¿gestión?? que c*** es eso? departamento de gestión..., departamento de gestión.... Un momento! esta lista está mal!! tengo el nombre de 550 personas pero en ningun sitio pone los departamentos!!



BIP, BIP; El teléfono me anuncia que todavía tengo a una persona esperando en línea y que hay otra llamada entrando. Contesto la primera de nuevo.



-¿Disculpe? Si, lo siento pero en este momento todas las personas de gestión están comunicando...
-¿¿Todas??
-Si, es que está siendo una mañana de lo más liada, ¿le importaría llamar en un rato?
-No verás es que...
-Gracias!! Hasta luego!



Mientras la segunda llamada sigue sonando, vuelvo a repasar la lista lo más rápido que puedo, no hay ninguna anotación al lado de ningún nombre exceptuando una palabra escrita a lápiz al lado y en fluorescente que pone "DIRECTOR GRAL. NO PASAR TELEFONO"

Sin saber muy bien qué hacer, contesto a la segunda llamada.



-**** carburantes, buenos días.
-Hola buenos días, me pones con ****** ******z, por favor?
-¿***** ******z?, si un momento....(sonido de hojas que pasan)
-..........................................
-(¿Dónde coj***** está el maldito ***** ******z?)
-Hola?
-Si, (ya lo tengo!)un momento por favor.


Le pase el telefono al sr. ******z y colgué. Un par de minutos más tarde, me llaman y en la pantalla aparece "INTERNO".



-**** carburantes, buenos días.
-Hola, soy ***** ******z, te pediría que no me pasaras llamadas sin decirme antes quien es, llevaba evitando a ese cliente desde hace un mes!
-Ah si? perdone...es que es mi primer día y solo estoy sustituyen...
-No me importa quien seas, si te han puesto en esa mesa será porque sabes hacer ese trabajo, no?
-¿Como? Ah bueno si lo que pasa es que...
-Bueno pues ya lo sabes!



Casi me lesiona a través del auricular con lo fuerte que colgó. Aun así no podía distraerme, tenía de nuevo las 3 líneas ocupadas.



-**** carburantes, buenos días.
-Buenos días, me pones con alguien de gestión?
-¿De gestión?
-Si, he llamado hace cinco minutos y me habeis dicho que volviera a llamar.
-Eeeeh....si un momentito; gestión, gestión, gestión (sonido de hojas que pasan)
-hola? estás ahí?
-Si, un momento por favor, gestión, gestión..... vale! no cuelgue por favor!


Mi solución para librarme de él fué marcar una extensión al azar y enviarle el problema a otro. De repente otra llamada, y de nuevo la palabra "INTERNO".



-**** carburantes, buenos dias.
-Hola, soy **** *****z de nuevo. Me has pasado una llamada que no es para mí, es para gestión.
-¿Como? (¡¡tierra tragame!! 550 personas y se lo he pasado a este tío de nuevo!)
-Si, y además se ha cortado. Cuando quieras pasárselo a gestión, pásaselo a Marga no a mi!
-Marga?? si claro, Marga, Marga, Marga (sonido de hojas que pasan)
-Si Marga, de gestión. Bueno te dejo, adios!
-Un momento pero es que Marga.......



Tarde. Me había colgado. ¿Quién demonios era Marga? No pude aclararme con los folios cuando volvieron a encenderse 2 luces a la vez.



-**** carburantes, buenos días?
-Hola. Me pones con **** ****r, por favor?
-Si claro, un momento por favor- este era fácil, encontré el nombre y lo pasé. Me costó un poco recuperar la segunda llamada porque me hice un pequeño lio con los botones, pero lo conseguí.



-**** carburantes, buenos días?
-Hola, me pones con alguien de gestión?
-(Joder!! el mismo tio otra vez!!) Con gestión? si un momentito....(Marga, Marga, Marga...aquí esta!! Marga!) Un momento no cuelgue le paso con gestión.
-Gracias!



Al colgar escucho un sonido extraño en el auricular. Me lo acerco al oído y...


-Hola? Hola?
-**** carburantes buenos días.
-Hola! esty esperando a que me pases con **** ****r.
-Ah, pero no le he pasado?
-No, me has dicho que me pasabas y se ha quedado en espera.
-Ah pues un momento que lo intento de nuevo...vaya! está comunicando, puedes volver a llamar en dos minutitos?
-Si...vale, volveré a llamar.
-Gracias!



(Vaya, hubiera jurado que le pasé la llamada....qué raro). Suena el telefono de nuevo. INTERNO.

Me pongo tensa al ver la palabra clave y muy despacio respondo....



-**** carburantes buenos días.
-Hola soy **** ****r,
-Hola, soy P. estoy sustituyendo a la chica que normalmente está aquí hoy. ¿Te puedo ayudar en algo?
-Si verás, me has pasado una llamada y no es para mí...
-Lo siento, es que todavía no me acalaro con las extensiones.
-Si eso iba a decirte, verás soy el director general y en este momento tengo una videollamada con San Francisco así te agradecería que no me pasaras más llamadas...creo que tienes todas las extensiones en una lista por ahí, no?
-El director general?? (MIERDA), si, las tengo aqui.
-Bueno pues intenta no equivocarte, y si tienes alguna duda llama a gestión que ellos te pueden echar una mano. Hasta luego.





GESTIÓN, GESTIÓN, GESTIÓN, GESTIÓN....un misterioso tic había aparecido en mi ojo derecho cuando me dí cuenta de que la llamada que le había pasado al director general estaba todavía parpadeando en el visor. Lentamente levanto el auricular, lo acero a mi oreja y con la mejor voz del mundo digo......







-**** carburantes, buenos días?











La voz que sonó a través del teléfono me erizó la piel.













-Hola, me pasas con gestión?? un hombre me ha dicho que iba a pasarme y todavía estoy esperando....







P.

martes, 20 de julio de 2010

El bufete de abogados (o como crear el caos con un solo café)


Me vine a Madrid para escapar de la vida del sur. Para desarrollarme como persona y como profesional y para independizarme de mis padres; pero sobre todo y ante todo, me vine a Madrid para buscar un trabajo de lo mío y NO ser recepcionista nunca más.

Pues bien, vivo en Madrid, y hasta ahora, mis padres me están ayudando con el alquiler (lo que no demuestra una gran independencia por mi parte) y trabajo de recepcionista en una ETT que no es ETT.

Efectivamente y como siempre digo, las cosas nunca salen como las planeas.

Aún así mi vida laboral no está yendo del todo mal; mis funciones son mecánicas: contesto el teléfono, paso la llamada y cuelgo. Contesto el teléfono, paso la llamada y cuelgo. A lo largo del día, (entiéndase cada 10 minutos más o menos) el timbre de la puerta suena y tengo que ir a abrir. En el 98% de los casos es alguien que viene a una entrevista. Es lo único que se hace en mi oficina, entrevistas de empleo. He llegado a contar hasta 60 personas en un día. Pasan, le cuentan el mismo rollo que me contaron a mí y se van con la esperanza de que les llamen pronto. Mis funciones son hacerlos pasar, hacerlos rellenar un formulario (copia del curriculum que ya traen en mano), persuadirlos cuando me protestan y preguntan por qué tienen que rellenar un papel que dice lo mismo que el que ya traen y hacerlos pasar a una de las salas interiores. Ahí terminan mis obligaciones. Los viernes la oficina se queda vacía de tres a siete, exceptuándome a mí y a otra persona al azar que tiene que quedarse por fuerza. Normalmente, mis viernes no son más que una maratón de visitas a páginas web cada vez menos interesantes, hasta que el reloj marca las siete de la tarde y salgo de allí como alma que lleva el diablo hacia donde me lleven mis pies (normalmente a casa).

Lo bueno de mi trabajo es que, al consistir en sustituciones esporádicas, cada día conozco a gente distinta, veo gente distinta y tengo la ocasión de robar material de oficina distinto. Una de las mejores anécdotas, es cuando me enviaron a sustituir a la recepcionista de un prestigioso bufete de abogados en pleno centro de Madrid. Por motivos evidentes no diré el nombre de la empresa, pero si que puedo contar que entre sus clientes se encuentra una rica selección de la sociedad más selecta de Madrid. Futbolistas, presentadoras de televisión y políticos han desfilado por esos pasillos por los que yo tropezaba sin cesar intentando guardar el equilibrio mientras llevaba una bandeja de plata.
Y es que aquí, mis queridos lectores, las reglas de la recepcionista mastica-chicle cambian.


Empecemos por la preparación previa a la hora de visitar a tan exquisito cliente. A pesar de que para el resto de las sustituciones tenía que llevar un exigente uniforme formado por pantalón negro y camisa blanca. En este caso la cosa iba más lejos. Con la finalidad de dar la mejor imagen posible, mi jefa me consiguió un exquisito traje de porno-secretaria formado por: una falda de tubo que iba desde la cintura hasta justo debajo de las rodillas y con la que casi no podía andar; una camisa de manga larga ceñida y una chaqueta negra que apenas de me permitía respirar. Todo eso conjuntado con unos maravillosos tacones finos que hacían de mi figura algo espectacular, pero que a la vez me hacían temer por mi vida si me caía de semejante altura.
Con esas pintas de medio “rotenmeyer salida de una peli de canal+ a las dos de la mañana” me fui a la oficina en cuestión para hacer una sustitución de dos días. Tratando de no caerme por los tacones y de no asfixiarme por el calor del metro y la chaqueta, llegué a un edificio donde un guardia de seguridad casi me pide mi partida de nacimiento para poder acceder al ascensor. Cuando por fin me hicieron la tarjeta de visita y me dejaron subir a la cuarta planta, me encontré con una puerta de cristal grueso que hacía las veces de entrada a una oficina que más que oficina parecía un hotel. Sólo la moqueta que estaba pisando costaba más de lo que yo hubiera podido pagar; y ya antes de acceder a la sala, la palabra “FUERA DE LUGAR” resonaba en mi cabeza como el eco en una cueva.

Me encontré con una chica más o menos de mi edad leyendo un libro. Me saludó cordialmente, me enseñó mis funciones en más o menos 15 minutos y tal cual se marchó loca de contenta por tener el resto de la tarde libre; dejándome allí con cara de no saber qué hacer y una planta entera bajo mi responsabilidad.
De todas mis tareas, había solo una que no me había quedado del todo clara. “Tienes que llevarles café”.

¿Llevar café? ¿Cómo que llevar café?

El resto de las cosas estaban claras; tenía que recibir a las visitas, comprobar que efectivamente tenían una cita y hacerles pasar a una de las salas, exterior a poder ser, en el caso de que no estuvieran ya ocupadas. Las salas exteriores tenían buenas vistas y ya se sabe que no es lo mismo dejarse 6 000 euros en una tarde mirando la pared que mirando la plaza de Colón de lejos…la vista hay que pagarla, aunque sea de lejos.
En fin, todo eso estaba muy claro, pero lo del café…francamente me preocupaba un poco. Sin saber muy bien de dónde, apareció una mujer mayor, una tal Clemencia, que me explicó que llevaba trabajando allí desde hacía más de diez años y que su función básicamente era la de hacer el café para las visitas y traérmelo en la bandeja hasta el pasillo, donde yo debía llevarlo hasta dentro de la sala y servirlo. Las palabras “FUERA DE LUGAR” seguían atormentándome hasta el punto que casi no podía oir a Clemencia.

-No he llevado una bandeja en mi vida- balbuceé mirándola fijamente.-Y menos con tacones.

Clemencia me dijo que no me preocupara, que todo sería muy fácil y intentó darme nociones de 5 minutos sobre como repartir el peso de las cosas encima de la bandeja y no parecer subnormal en el intento. Dios, parecía que esa mujer había nacido llevando una bandeja! En mi caso, la cosa era distinta. Era totalmente imposible combinar la falda, los tacones, la moqueta de pelo largo y una bandeja pesada con dos tazas de café y una botella de agua encima.

No voy a mentir: me agobié bastante.

Una cosa era vestirse de pintamonas para dar buena imagen y otra muy distinta atentar contra la vida de la gente con una taza llena de café caliente. Clemencia tuvo una llamada y se marchó, y yo me volví a mi mesa rezando porque nadie tuviera antojo de café esa tarde.

Sobre las cinco llegó mi primera visita. Les hice pasar a una de las salas exteriores y solo pidieron una botella de agua. No hay problema, ese era fácil. Un par de reuniones más vinieron y solo pidieron agua o nada de beber, lo cual hizo que me relajara un poco…”esto va genial” pensé…



Qué ingenua.



Sobre las seis surgió el problema. Dos reuniones al mismo tiempo, una de ellas no programada y las dos querían –exigían- la única sala que quedaba libre con vistas. Como no sabía quiénes eran los comensales, lo eché a suertes y puse al que primero llegó en la sala con vistas y al otro (que resultó ser el dueño) en la otra. Primer error.

Me pidieron un par de cafés, dos botellas de agua y una coca cola. Corrí a llamar a Clemencia que lo trajo todo en un momento en un carrito. Cogí la bandeja, la puse en mi mano y empecé a calibrar el peso. Abrí la puerta corredera y al entrar, todos se callaron y me miraron. Estaban esperando a que yo me marchara para proseguir con la reunión. Me puse nerviosa, y mi tacón quedó enredado en la moqueta; Intenté disimular con mi mejor sonrisa y como pude, salí del atolladero y caminé con cara de “dios mío, dios mío, dios mío” hacia el invitado de turno y su mujer, quien resultó ser, el director general de un importante banco nacional español. Mi jefe, me seguía con la mirada con cara de pocos amigos debido al hecho de no haberle dado a él la sala con vistas y a mí, cada vez se me hacía más difícil disimular el tembleque de la bandeja. Se podía oir claramente el tintineo de la taza sobre el plato.

FUERA DE LUGAR…..FUERA DE LUGAR….

Como pude, coloqué el posavasos en la mesa y el vaso para el agua encima; sin embargo, el desastre fue impredecible.

En mi intento de parecer profesional, no recordé si lo que había que poner en la mesa antes era el vaso o la botella, así que le di un minúsculo golpecito a la botella sin querer, la cual se precipitó sobre la bandeja haciendo que ésta se desequilibrara y volcara el café –íntegro- encima de la mesa.
El resultado final fue: Un vestido (carísimo seguramente) color rosa palo con una mancha enorme de café sobre chaqueta y falda; una mujer un poco alterada corriendo hacia el lavabo y tropezando con la moqueta, un marido director general de banco muy nervioso intentando quitar café de unos documentos –a día de hoy espero que sustituibles –y un jefe que ni siquiera me dirigió la palabra y que intentaba por todos los medios calmar a sus invitados; todo eso sin contar la carísima moqueta color crema que ya nunca volvió a ser la misma.

Salí como pude de esa reunión pidiendo disculpas, y me volví a sentar en mi mesa temblando no sin antes tropezar de nuevo con la moqueta. Acababa de crear el caos más absoluto sólo con un café con leche.

Al menos no era un chocolate.


P.

lunes, 19 de julio de 2010

La noche de los cinco enchufes



Mañana Lunes es mi primer día de trabajo, así que en honor a ello mis compañeras de piso y yo hemos decidido salir a tomar unas cañas y celebrarlo. Por supuesto no volveremos tarde, mañana madrugamos y yo todavía tengo una larga lista de cosas por hacer. Quiero dejarlo todo listo para mañana: ducharme, alisarme el pelo, decidir qué voy a ponerme, cocinar algo para llevarme en un táper, y sobre todo, cargar el móvil que casi está sin batería y cuya alarma tiene que despertarme! A parte de todo esto, me gustaría dormir bastante para llegar al trabajo con la mejor cara posible.


Lamentablemente, los planes nunca salen como tú quieres.

Tras unas cervezas y un par de coca colas nos hemos dado cuenta de que se nos ha hecho un poco más tarde de lo que pensábamos, así que decidimos volver a casa. Ya son más de las once y yo todavía tengo bastantes cosas que hacer por lo que mi propósito de dormir suficientes horas queda anulado. Al llegar a casa y soltar las llaves en la entradita, nos percatamos de que la luz de la entrada no enciende.

-Mie***, se ha fundido la bombilla!-

Probamos con la del salón; tampoco va. Mientras, una de mis compañeras le da a la del baño al mismo tiempo que la otra se dirige al cuadro de luces. Efectivamente: había saltado el diferencial. Al parecer el culpable era la combinación de tener 2 de las 3 calefacciones encendidas al mismo tiempo…demasiado tocino para tan poco puchero. Ingenuas de nosotras y creyendo que la cosa se solucionaría así de fácil, empujamos de nuevo el interruptor hacia arriba para ver esperanzadas como las luces de la casa comienzan a encenderse una tras otra. Con el problema solucionado (o eso pensábamos nosotras) yo me meto en el baño y empiezo a desvestirme para darme una ducha, mientras mis dos amigas se dedican a cocinar algo rápido para cenar y acostarse. Destino caprichoso, el que quiso que el interruptor de la luz volviera a saltar cuando justo acababa de meterme en la ducha y empezaba a mojarme el pelo.

Grité con fuerza cuando el agua calentita de la ducha se convirtió en agua helada y me quedé a oscuras en el baño. Esperé mientras oía el –ya va, ya va- de mi compi que se disponía a repetir la acción anterior que tanto éxito había tenido la primera vez. El agua salió lo justo para abrasarme la espalda y volverse a quedar todo a oscuras.

Con el buen humor con el que uno afronta estas situaciones, salí del baño con el pelo medio enjabonado, los ojos llenos de champú y el albornoz para encontrarme a mis dos compis con cara de no entender nada y alumbrando con el móvil directamente al cuadro de luces. Tras deliberar unos minutos, llegamos a la conclusión de que la solución sería apagar las calefacciones y repetir la operación anterior. Lo hicimos, y nuestro éxito duró exactamente 2 segundos. La cosa iba de mal en peor. Ahora, el interruptor ya no solo saltaba casi instantáneamente, sino que ni siquiera se quedaba arriba.

Nos quedamos mirando el interruptor sin decir nada durante un par de minutos, para luego mirarnos entre nosotras desconcertadas…...



Fué aquí cuando todo empezó.




1. -Etapa de nerviosismo: En la que todo se toma a broma.
Al principio nos dio la risa floja. Mirábamos el interruptor y empezamos a reírnos por la situación. Era evidente que en un piso como aquel tarde o temprano fallaría el cuadro de luces…menuda sorpresa! Empezamos a inspeccionar como estaban distribuidos los interruptores mientras la tercera de nosotras buscaba un buen puñado de velas para alumbrar, y la inspección nos llevó de cabeza a la segunda etapa:

2. -Etapa de positivismo (más conocida como “esto lo arreglo yo”):
Llegamos a la conclusión de que en ese cuadro había muy pocos interruptores para una casa con 6 habitaciones. Un piso como el nuestro no debía tener solo 4 interruptores; así que en un alarde de intelectualidad deductiva (leyendo las anotaciones escritas con rotulador debajo de cada palanquita) supusimos que el aparato en cuestión lo había instalado alguien que 1. estaba borracho o 2. sabía igual o menos que nosotras de electricidad, puesto que tres de los interruptores correspondían a las calefacciones y el otro, al resto de la casa; por lo tanto no había manera humana de encender la cocina y el baño sin encender también el resto del piso. Una de mis compañeras apareció entonces con un destornillador dispuesta a abrir el cuadro para ver qué había debajo. Para ser sincera no me pareció muy buena idea, tal vez fuera por el cartel de “no manipular” en letras rojas al lado del tornillo; pero no hubo forma de pararla. Un entramado de cables sin sentido apareció debajo de la tapita de plástico que hacía de base del cuadro de luces. Paré la mano de ella justo cuando se disponía a tocar los cables y con un poco de insistencia, la convencí para que buscáramos otra solución. Eran ya más de las doce de la noche.

Apagamos las calefacciones y desenchufamos todo lo que se podía desenchufar en una casa. El resultado no fue diferente de los anteriores.

3. -Etapa de incertidumbre (o nosequecoñohacer):
Las caras de ¿y ahora qué hacemos? Empezaron a florecer. Hicimos balance: Domingo, 12 de la noche, un piso sin luz, una nevera llena de comida congelada y 3 chicas que deberían estar listas para irse a dormir deliberando frente a un cuadro de luces con encefalograma plano desde hacía ya casi tres cuartos de hora.
Por fin una de nosotras dijo lo que todas estábamos pensando. “Hay que llamar a un electricista”.
A ver, recapitulemos: Domingo, 12 de la noche. No hay que ser muy espabilado para imaginarse cuánto iba a costar levantar a un tío de su cama y hacerlo venir a casa.

-“Hay que llamar antes a C.” (la casera)
-¿Cuándo dices “llamar” quieres decir “despertar”, no?
-Llamar/despertar, lo que sea, pero esto hay que arreglarlo o la comida se va a echar a perder.

Mientras tanto, el tiempo iba pasando y nos acercábamos peligrosamente a las 12.30-12.40 de la noche. Lo que me llevó a la siguiente etapa:

4. -Etapa frustración:
-Yo me tengo que duchar todavía…y secarme el pelo…y pasarme las planchas…y hacerme la comida para mañana…y cargar el móvil... ¿qué hacemos? ¡No me va a dar tiempo a descansar y mañana es mi primer día!

Mientras yo corría de un lado a otro con una vela sin saber qué hacer; una de las chicas llamaba a la casera mientras la otra intentaba buscar el número de un electricista de urgencias para pedir presupuesto. Tres llamadas más tarde, nuestra casera se despertó y nos dijo que iba a llamar a la compañía de seguros para que viniera alguien, y que nos volvería a llamar en cuanto supiera algo. Ahora éramos 3 chicas en pijama (una en albornoz) sentadas en la entrada de un piso alrededor de un teléfono móvil, alumbrándonos con velas y mirándonos las caras.

Decidí, en un acto de heroicidad para-conmigo, ducharme con agua fría en un intento de dar la mejor impresión posible al día siguiente. No lo hagáis; por experiencia os digo que vale más dar una mala primera impresión que morir en el intento.

A mi salida tiritando del baño, nuestra casera todavía no había llamado. El teléfono sonó al mismo tiempo que el reloj del salón cantó la una de la madrugada. La dueña del piso nos dijo que enviarían un electricista de guardia y que lo cubriría el seguro, pero que el hombre tenía más urgencias esa noche y que no llegaría hasta “una hora más tarde, puede que dos”.

Nos miramos las caras de nuevo, y volvimos a la etapa número uno. A pesar de mi tiriteo yo ahora solo necesitaba un enchufe que funcionase para intentar secarme el pelo y no morir de un constipado. Por primera vez, decidimos hacer algo que no habíamos hecho hasta ese momento: salir fuera. Una de nosotras, recordaba haber visto un enchufe en algún rincón del portal; si lo encontrábamos, tal vez podría enchufar el secador y secarme el pelo sin despertar a nadie.
Salimos de exploración, dos en pijama y yo en albornoz y con la toalla en la cabeza. Lo del enchufe en el portal resultó ser una leyenda urbana al más puro estilo de “Ricky”, pero en su lugar, encontramos una puerta que al abrirla mostraba unas escaleras que se perdían en la oscuridad. Bajamos un pelín desconfiadas (más por las arañas que por otra cosa) para encontrar al fondo del todo un enorme cuadro de luces con los contadores de cada vivienda y en la pared del final, en una esquina, un enchufe.

Nos alegramos mucho, yo la que más, y corrí escaleras arriba para coger el secador del pelo, cuando una de mis amigas me cerró el paso.

-Espera P.-me dijo. –Tengo una idea mejor.

Tras decir esto salió corriendo en plan superhéroe para volver unos minutos más tarde tropezando con lo que parecía ser un cable muy largo. Cuando se acercó pude cerciorarme de que no era uno sino 5 alargadores. Todos los alargadores de la casa y de los dormitorios estaban allí y con mucho trabajo, los fuimos enganchando uno a otro hasta hacer un caminito cuanto menos discreto por en medio de todo el portal hasta casa.

Ahora teníamos 5 enchufes, solo había que decidir qué íbamos a enchufar. Esa noche, la comunidad de vecinos invitaba.

Tras una ardua discusión las elecciones fueron: La lámpara de pie del salón, mi móvil, la estufa, mi secador y el portátil de una de ellas, en el que vimos los Simpsons online hasta que terminé de secarme/plancharme el pelo a más de las dos de la mañana. El enchufe de la nevera no fue posible.


5. -Final de la noche (o etapa de “yo me debería acostar primero porque…”):

Ya que iba a ser mi primer día de trabajo, se me permitió irme a dormir antes que nadie.


Jamás vi al electricista que, al parecer, llegó casi a las 3 de la mañana para apretar un tornillo y decir que volvería a la semana siguiente.


Dormí 4 horas, y llegué 10 minutos tarde al trabajo con el pelo como un caniche y habiéndome maquillado en el metro.


La factura del electricista fueron 150€……..



…….y el diferencial sigue saltando cada vez que enchufamos la calefacción.


P.

viernes, 16 de julio de 2010

La entrevista

La entrevista en cuestión fue muy bien. Resulta que al final era para una empresa (que no es ETT según ellos) que se dedica a :

-La selección de personal y suplencia temporal de azafatas, secretarias y recepcionistas.
-El contrato es por obra y servicio (entiendase de Lunes a Martes y cosas así)
-Independientemente de donde te envíen, siempre responderás ante ellos.



Pero no son una ETT.




Para aquellos que quieran más información sobre la definición de ETT y deseen ver las diferencias con esta empresa -que NO es una ETT-, por favor, sigan el siguiente Link: http://www.agett.com/ett_ett.asp (Se denomina ETT a la empresa encargada de poner a disposición de otra empresa (la Empresa Usuaria), con carácter temporal, trabajadores por ella contratados).




Aun así, NO es una ETT.




El caso es que llegué a una oficina muy cuca, donde una recepcionista de uniforme me hizo rellenar un formulario en el que basicamente tenía que copiar el curriculum que ya les había enviado de antemano(no se para que me piden que lo rellene entonces) y esperar a que me atendieran.
(Lo que se escribe a continuación son consejos personales que puede que difieran con opiniones ajenas....
-aunque yo creo que no-)




ERRORES DE NOVATOS EN ENTREVISTAS DE TRABAJO:

1.) Mis padres venían a verme a Madrid esa misma mañana y con la mente puesta en ir a recogerlos a la estación de Atocha nisiquiera me percaté de que estaba llevando unos vaqueros rotos, unas botas cuya suela ya se había empezado a despegar, una camiseta rosa y una camisa de cuadros encima. Muy Bien P.!!! Mi imagen me horrorizó aún más cuando me senté en aquella sala llena de gente con traje a esperar que me atendieran. Si lo que pretendía era pasar desapercibida...más suerte la próxima vez.

2.) Lo único que me pidieron que porfavor llevara conmigo era una copia actualizada de mi curriculum; la cual me dejé en una carpeta roja - monisima por cierto - encima del recibidor de la entrada de casa. Veeeeery Good.

3.) Cuando hagais una entrevista de trabajo, siempre siempre siempre dad la mano. Queda mucho más profesional que intentar dar dos besos, chocarte con la mano del que te va a entrevistar, luego intentar dar la mano y pegarle en la barriga porque él quería darte dos besos...bueno ya me entendeis.





Aun así la entrevista no fue del todo mal. Basicamente me pidió que le dijera mi curriculum de memoria (no se para qué, si ya tenían una copia que les envié por mail y el formulario de los huev**)y se limitaron a hacerme preguntas personales como :

¿Donde vives?
("mmmm lo pone en el curriculum....en las dos copias que tienes delante)

¿De alquiler?
(¿Acaso importa?) Si, de alquiler.

¿Cuanto pagas por el alquiler?
(¿Y eso a ti que mas te da? ¿Te pregunto yo a ti cuando pagas tú?)

¿Con quién vives?
¿Debes dinero a algún banco?
¿Tienes algún prestamo?

("¿como cagas? ¿como duermes? ¿vas bien al baño?....esta tía es tonta)

¿Cuánto te gustaría cobrar?
(Hey! pregunta trampa! esta me la sé) "Ahora mismo, lo suficiente para sufragar mis gastos..."

Bien...bueno creo q eso es todo; en cuanto tengamos un puesto que case con tu curriculum te llamaremos.
(Porque no somos una ETT)


Después de la entrevista, de la que a pesar de todo no salí demasiado descontenta, fui a recoger a mis padres a Atocha. Estaban de paso para ir a Paris.

-¿Así has ido tú a la entrevista? Desde luego no esperarás que te llamen...-
Ni siquiera hace falta decir quién preguntó esto en cuanto le dije de dónde venía, verdad?

-Pues la verdad es que no ha ido tan mal...-

-Hay P., te podrías al menos haber comprado una chaqueta hija, o haberle pegado la suela a esas botas! desde luego vaya pintas-

-No te preocupes! seguro que todo sale bien, de hecho yo...RING RING!!

Mi telefono sonó. Era la ETT, perdon! la empresa para la que había hecho la entrevista. Su recepcionista se había puesto enferma y le habían dado de baja la semana siguiente entera, así que querían que trabajara de Lunes a Viernes!!
Mi madre tuvo que callarse y yo ya me sentía como una triunfadora. Ni una semana en Madrid y ya tenía mi primer contrato basura...





Crisis? qué crisis?





Yo era la reina del mundo y estaba dispuesta a dar lo mejor de mí misma.........






......por 33 euros diarios.









Supongo que no se puede tener todo.


P.

jueves, 15 de julio de 2010

Comprando Tapers.





Tengo una entrevista.






Tengo una entrevista!!




Solo hace dos días que estaba buscando trabajo y ya tengo una entrevista. Mmmm…parece ser que Madrid sabe reconocer a los buenos profesionales…jejeje. Casi no me ha dado tiempo a apuntar dónde es; y es que en un minuto te encuentras en un chino comprando “taper wares” con tu compañera de piso y al minuto siguiente tienes una entrevista de trabajo en Madrid… sweet!

Ahora espero no cagarla…en verdad no me he enterado muy bien de qué es la empresa… ¿y si es para algo que no sé hacer? Me pregunto cuál de las empresas a las que solicité empleo es. Porque tenía 100 currículums, y me sobraron 23….eso quiere decir que puede ser…¡de cualquier cosa! Bueno, supongo que ya lo descubriré mañana, ahora no me voy a comer la cabeza con ello.

….Dios espero que no sea para comercial…no podría venderle ni un abrigo a un esquimal.
Seguro que es para comercial…si. Y seguro que me hacen una prueba para ver si se vender. Y seguro que se dan cuenta de que yo no sé vender!! Recuerdo la vez en la que intenté vender papeletas a mis vecinos para ir de viaje de estudios y antes de que pudieran decirme que si o que no salía corriendo gritando “bueno si no le interesa lo entiendo… ¡siento haberle molestado!”. Siempre vendía unas 5 o 6 papeletas…mi madre, mi padre, y mis abuelos. Aunque recuerdo un año en el que el negocio se me fue de las manos y creo que llegué a vender 15! Una comida familiar…ya se sabe. Luego recuerdo que no le tocó nada a nadie y me sentí fatal…puede que fuera entonces cuando decidí dejar la profesión de vender cosas.
Me pregunto para qué será la entrevista…si al menos me acordara del nombre de la empresa podría buscarlo por internet…pero tenía las manos llenas de tapers! Solo me ha dado tiempo a correr hacia el chino, robarle un boli y apuntarme la dirección y la hora en la mano.

Quizás sea para ese bufete de abogados al que envié una de las copias! Ponía que pagaban muy bien. Puede que sea ahí si…en cuyo caso me encantaría obtener el trabajo! Me pagarían lo suficiente como para ahorrar; y tal vez en unos meses tendría suficiente dinero como para terminar de pagar el coche; y después de unos cuantos meses más podría incluso vivir yo sola! No necesitaría nunca más la habitación de 4 metros cuadrados ni el depósito de 3 litros de agua hirviendo! Y tal vez podría vivir en un ático en el centro! Si…me alquilaré un ático en el centro con el sueldo de mi nuevo trabajo… ya casi puedo sentirlo. Si mañana lo consigo pienso tirar la casa por la ventana y gastarme 20 euros en el Pull & Bear; como una rica de verdad. Puede que incluso me compre algún capricho de verdad como…no sé, un reloj de 5 euros.

No puedo creer que mañana a estas horas ya……….


-Señolita? Peldone?

-¿Cómo?


Jop! me he quedado en blanco delante del chino y hay una cola de 4 personas más esperando! ¡¿5 euros por un taper?! ¿Estamos locos o qué? Este tío se piensa que soy rica o algo así… lo siento Sr. Chino pero hoy no; aquí le dejo el taper, con un poco de suerte quizás vuelva mañana.


P.

martes, 13 de julio de 2010

Buscando una oportunidad II


Hoy sí que sí. No hay nadie que me frene…tiembla Madrid! Porque estoy lista y preparada para encontrar un buen trabajo. Divina, bien vestida, con las planchas hechas, el maquillaje perfecto y la mejor de las sonrisas preparadas para caer bien a esa persona que decidirá si mi curriculum va encima del montón o debajo.

Como es temprano y tengo tiempo, voy a darme un homenaje y, como buena cosmopolita que soy, me voy a tomar un café en un Starbucks mientras leo el 20 minutos. (Soy cosmopolita pero en paro, si me gasto pasta en el café, el periódico tiene que ser gratuito, al menos de momento).

El día va genial, hace algo de frío pero llevo una chaqueta, un abrigo y una bufanda…asi que voy lista...
...Lista para la calefacción del Starbucks por la mañana.
-"Caramba que cantidad de gente por dios! ¿y el final de la cola?.....¿en serio????? Bueno no pasa nada, me espero". Quiero empezar el día con buen pie.

Me pido un MoccaCaoLatte (o algo asi) que no se muy bien lo que es pero suena muy de gran ciudad, y mientras busco un sitio para sentarme entre la muchedumbre me voy quitando la bufanda, el abrigo, la chaqueta….PERDÓN!!
Menudo empujón me ha pegado el caballero, bueno supongo que irá con prisas, ¿por dónde iba? Ah sí, un asiento, dejo la bufanda, dejo el abrigo, suelto la chqueta y…

….¿PERO QUÉ C*** ES ESTO??????

Una mancha.

Una mancha marron justo a la altura de mi escote en mi preciosa blusa blanca de esperoquetegustenotiresmicurriculum. No me lo puedo creer. Ha tenido que ser el hombre con prisas de antes…¿qué hago ahora? Bueno pensemos fríamente, no voy a coger el metro para volver a casa para cambiarme; porque así empezamos ayer y mira como acabamos. Mejor me dejo puesta la chaqueta, si total no hace calor; además si tuerzo un poco la postura del cuerpo hacia la derecha y tiro disimuladamente de la camisa por debajo hacia la izquierda, la mancha casi ni se ve. Ánimo P, que tú puedes!.


El café no me ha gustado mucho, para ser sincera, aún así he conseguido controlar las arcadas y he tomado un par de buches que aunque me han abrasado los labios y la lengua me han dado un aire de chica de gran ciudad de lo más auténtico.

Me pongo de nuevo la chaqueta, tiro de la camisa hacia la izquierda, me pongo el abrigo y la bufanda y salgo directa hacia Avenida de Preciados para dejar que los comercios empiecen a subastarse a una profesional de mi calibre.

-Hola.
-Hola.
-¿Para dejarte un curriculum?
-Si Aquí.
-Gracias.
-Hasta luego!


-Hola.
-Hola.
-¿Para dejarte un curriculum?
-Si Aquí.
-Gracias.
-Hasta luego!



-Hola.
-Hola.
-¿Para dejarte un curriculum?
-Si Aquí.
-Gracias.
-Hasta luego!



-Hola.
-Hola.
-¿Para dejarte un curriculum?
-Si Aquí.
-Gracias.
-Hasta luego!



-Hola.
-Hola.
-¿Para dejarte un curriculum?
-Déjalo sobre el montón de allí.
-Sobre el montón….? Vale Gracias.
-Hasta luego!



Bueno, está visto que en Madrid no te hacen ninguna fiesta por tu curriculum, pero bueno, es normal, tienen mucha gente! Vamos a seguir.


-Hola.
-Hola.
-¿Para dejarte un curriculum?
-Si Aquí.
-Gracias.
-Hasta luego!

-Hola.
-Hola.
-¿Para dejarte un curriculum?
-Si Aquí.
-Gracias.
-Hasta luego!


Uf! empieza a hacer calor…claro tanto andar tienda para arriba y tienda para abajo…mejor me quito el abrigo; total no cuesta mucho andar tirando de vez en cuando de la camisa hacia la izquierda.
-Hola.
-Hola.
-¿Para dejarte un curriculum?
-Si Aquí.
-Gracias.
-Hasta luego!

Uf! Mejor me quito la bufanda también y ando un poco doblada hacia la derecha…

-Hola.
-Hola.
-¿Para dejarte un curriculum?
-Si Aquí.
-Gracias.
-Hasta luego!


Hora de comer, y todavía me quedan 52 curriculums en la mano…no está mal. Seguro que mi teléfono está a punto de empezar a sonar.
……..

…..


.


Bueno mejor como algo y sigo mi recorrido.


Avda Preciados – Puerta del Sol – Plaza Mayor – Puerta del Sol – Calle Montera – Gran Vía – Callao – Gran Vía – Edificio Metrópolis – Cibeles – Puerta de Alcalá – Cibeles –Puerta de Alcalá – Cibeles…¿¿¿Dónde coj**** está la central de Inditex??


16.00h: por fin llego a Inditex. La temperatura ha subido un poco más de lo que yo pensaba en las últimas horas y he tenido que traer todo en la mano (abrigo, bufanda, chaqueta…)pero ya estoy aquí. Mi look no es precisamente el que suelen tener las dependientas de Zara la verdad pero bueno, seguro que la persona responsable de recursos humanos de la central de Inditex en Madrid se percatará de mi don de gentes y pasará por alto mi rímel corrido, mis andares torcidos a la derecha, mi camisa tensada hacia la izquierda y lo que queda de lo que un día fue un pelo bien planchado. Aun así, sigo teniendo mi sonrisa que según mi madre lo arregla todo. :)
Subo dos plantas de ascensor en un edificio muy moderno…“Seguro que te hacen una mini entrevista para ver tus conocimientos de idiomas, o quizás de contabilidad o atención al cliente…”


Se abre el ascensor y aparece ante mi un gran mostrador con una recepcionista francamente divina que habla por unos cascos. (qué moderno todo...jiji).
Me hace señales de que espere, mientras mastica un chicle.

Espero.

Espero.

Espero.

Espero. (merece la pena esperar por un curro)

Espero.

Espero.

La chica cuelga. Por fin, mi primera entrevista en la capital. La miro, respiro hondo, sonrío y….


-Hola.
-Hola.
-¿Para dejarte un curriculum?
-Si Aquí.
-Gracias.
-Hasta luego!



Mierda.


P.

Buscando una oportunidad


10.00h Tras un par de días de asentamiento en lo que será mi nuevo "hogar" y cerciorarme de donde se encuentran los principales establecimientos de mi barrio (entiéndase el súper, la farmacia y la sucursal para echar la primitiva), me dispongo a repartir copias de mi curriculum por la capital española. Es ahora cuando comienzan los imprevistos...

10.30h Mmmmm...vaya me falta una foto, no puedo entregar el curriculum sin foto.
Vale, retrasaremos la tarea de buscar trabajo una hora; el tiempo necesario de hacerme un par de fotos de carnet y fotocopiarlas 100 veces.

10.45h Mmmmm...ah, ¿que las fotos de carnet tardan un par de horas?Bueno pues me doy una vuelta y compro algo de comida en el súper.

11.50h Mmmmm...se me fué la mano comprando en el súper y no tengo coche...claro! es que ya no vivo en Málaga! Bueno yo creo que puedo cargarlo todo...

12.25h ¿Voy a casa a soltar las bolsas? Bueno ya me espero que solo quedan 20 minutos para ir a recoger las fotos, es una tontería ir a casa para volver otra vez aqui....(espero que los congelados aguanten!!)

12.45h Bueno ya tengo las fotos, voy par casa, guardo la comida y me voy a repartir curriculums.

13.10h Mmmmm...realmente creo que ya debería aprovechar también y hacer las fotocopias de las fotos ya que estoy aquí...creo que hay un sitio de fotocopias un poco mas arriba de la calle...

13.25h Vale ya tengo las fotocopias, las bolsas del súper y las fotos originales...me vuelvo a casa, menos mal que es cuesta abajo...


13.30h Mmmmm... Una sucursal de mi banco...ya que estoy aqui aprovecho y entro a mirar el estracto y a preguntar lo del cambio de sucursal...

-¿Señorita?
-Si?
-Disculpe pero...hay agua saliendo de una de sus bolsas...
-¿Como? Oh! Mi**da los congelados!!!
-Si, y además creo que se le ha mojado esta carpeta...
-¿Como? Mie*** los curriculums!!
-¿Señorita necesita ayuda?
-No gracias....ya me voy.

14.05h Vuelvo a casa a toda pastilla, no sin pararme una última vez en el sitio de las fotocopias para volver a fotocopiar los curriculums de nuevo y llego a casa con 100 folios mojados, 100 folios secos, y dos bolsas del supermercado llenas hasta arriba, una de ellas goteando agua.

14.30h Meto en la nevera todo el contenido de las bolsas (incluyendo el champú) y me siento en la mesa para hacer un control de daños de los folios mojados y arreglar los secos para salir de una vez a repartirlos pero…

14.50h Mmmmm, no tengo pegamento…¿cómo voy a pegar las fotos al folio?

14.52h Respirando hondo, vuelvo a coger las llaves de casa y la cartera y salgo corriendo en dirección al chino de mi barrio para comprar pegamento. Resulta que no tiene (¿¿qué clase de chino es este??).

-Vale dame grapas.
-Que?
-Grapas.
-Lapas?
-Grapas!!! Para pegar folios!! Clin clin folios!!!
-Oooohhhh Lapas!!! Tome.
-Pero esto…esto es su grapadora…no tiene una para poder verderme??
-Nooooo, tu puede usar.
-Ya pero es que no tengo los folios aquí…y son mas de 100…
-Aaaaah!! Entonce no.

15.20h Resoplando y ya entrando en fase Annibal Lecter, vuelvo a recorrerme la avenida entera cuesta arriba, hacia el siguiente establecimiento chino para comprar una grapadora industrial y un millón de grapas (vaya a ser que se me acaben).

15.50h Vuelvo a casa.

No tengo tijeras.
No tengo tijeras!!
No tengo tijeras para cortar las fotos para graparlas al curriculum!!!!

16.20h Paso. Me las arreglaré como pueda.

Resumen de la jornada:

100curriculums mojados e inservibles.
100curriculums listos para entregar con una foto grapada en la esquina y cortada con las tijeras de cortar pollo de la cocina.
30 euros en congelados listos para comer entre hoy y mañana en la nevera.
1botella de champú fresquita y esperando para la ducha.
1grapadora industrial y 500 grapas que jamás usaré.
0 ganas de salir de nuevo.


Son las 8 de la tarde; por fin estoy lista.
Me voy a Facebook.
Mañana será otro día.


P.

lunes, 12 de julio de 2010

Mi llegada a Madrid

De boca,

Así fué como aterricé (en el más literal sentido de la palabra) a mi llegada a la capital.

Dicen que Madrid te suele recibir con un golpe, tras el cual depende de ti volverte corriendo a casa con el rabo entre las piernas, o levantarte y plantarle cara. Pues bien, a mi la ciudad de Madrid me recibió cayendo de boca en el McDonalds de Gran Vía un sabado a las dos de la tarde. Evidentemente me levanté, aunque no para plantar cara sino para salir corriendo evitando mirar a los cientos de personas que esperaban haciendo cola y entre los cuales había - tal y como dice mi madre- hocicado yo.

No voy a relatar los motivos que me llevaron a mudarme de mi pequeño pueblo costero en Málaga hacia la capital española. El paro, las ganas de vivir fuera de casa de una vez, y los incesantes ¿que vas a hacer con tu vida? de mi madre fueron más que sificientes para hacer el petate y marcharme.

No tardé mucho en encontrar un campamento base donde instalarme. Tras un par de visitas a pisos de alquiler encontré lo que a mi me pareció un chollo en la zona de Pacífico. Un bajo pequeñito pero acogedor donde vivían dos chicas de mi tierra natal y que estaba muy bien de precio, ahora después de unos meses viviendo alli entiendo el porqué de esa ganga. Pero bueno, en ese momento nada me importaba, ni mi pequeña morada ni mi entrada triunfal contra el suelo del restaurante. Me mantenía positiva. Así que me instalé en mi pequeño cuarto de 4 metros cuadrados con una sola ventana que da justo al lado del portal, lugar que parece ser sitio favorito de reunión de vecinos durante la semana, y de niños consumidores de futból a nivel usuario durante las mañanas de los sabados y domingos.

Y es que esto es como todo lo demás, no te fijas en los defectos hasta que te fijas. Y yo empecé a fijarme en mi deliciosa ganga, que de un día para otro empezó a tornarse en ese famoso refrán que mi padre siempre me repite: "lo barato sale caro". Porque resulta que mi piso viene con todos los extras...y también con número insuperable de PEROS:

-Tenemos calefacción en todas las habitaciones PEEEERRRO no se pueden conectar a la vez porque salta el diferencial.

-Tenemos agua caliente PEEEEEERO se trata de un depósito de lo que a mi me parece 3 litros y medio que se gasta en lo que tardas en calcular la temepreatura del agua con los mandos del grifo (los cuales solo tienen 2 opciones: 1.hirviendo y 2. hielo)

-Tenemos televisión con TDT, todo alta tecnología PEEEEERO el mando se perdió durante la época del franquismo, la imagen está mal calibrada y como el mando en cuestión se encuentra en territorio oculto solo podemos ver la mitad de las personas a no ser que éstas se sienten en el centro de la pantalla. A esto habría que sumarle el hecho de que la pantalla se vuelve negra cada diez minutos, tras los cuales la única solución es levantarse y dar un fuerte golpe al monitor en su parte superior para hacer que la imagen vuelva y que para cambiar de canal o manipular el volumen tenemos que: 1. levantarnos o 2. usar lo que mi compañera de piso a bautizado como la esco-mando o lo que es lo mismo, el palo de la escoba a tientas dandole porrazos a la tele hasta que atinas en el botón del canal o del volúmen.

-Tenemos 4 enchufes en el salón PEEERO 3 de los 4 hacen saltar el diferencial y del último salta una chispa cada vez que decidimos arriesgar nuestra vida enchufando algo.

En fin, podría seguir enumerando pero creo que la idea está clara. Aun así sigo positiva y aprendo de mis errores. Dicen que si te duchas con agua fria te resfrias menos; veré menos la tele por lo tanto leeré más, y nunca jamás de los jamases volveré a ponerme esas sandalias cuando exista la posibilidad de encontrar patatas deluxe en mi camino.

P.