lunes, 9 de agosto de 2010

Fiestas de San Isidro 2010 (o como no se puede hacer más el ridículo en menos tiempo)

San Isidro. Fiesta de Madrid por excelencia. Chulapos y chulapas caminan por doquier mientras en la calle Gran Vía se preparan fuegos artificiales, conciertos y demás actos de entretenimiento para celebrar esta fecha tan significativa para los madrileños. Sin embargo para mi tiene un significado especial...es el día que termino en la exposición de 100 años de Gran Vía.

Tras un mes aguantando acosos y tortura por parte de las chirriantes voces diabólicas provenientes de un documental atroz, mi mente y mi cuerpo son libres para no volver nunca más. Ataviada todavía con mi traje de cucaracha y portando conmigo mi ordenador portatil en una mochila, me dispongo a huir del centro camino a casa para darme una larga ducha cuando me topo con una de mis compañeras de piso por el centro de Madrid.

-Tia, vamos a celebrar San Isidro, ¿te vienes?-

Casi sin darme cuenta me secuestran y, sin poder negarme me encontré -en un abrir y cerrar de ojos- sentada en un bar con una jarra de vino enfrente. Ni que decir tiene, que yo no bebo; de hecho, los que me conocen lo pueden confirmar...por lo tanto no es de extrañar, que sin querer pierda los papeles cuando me emborrachan a traición.

El rato fue de lo más agradable, copas, risas y tapas parecían no tener fin; y yo podía notar como con cada sorbo me costaba más y más enfocar la vista... La cosa es, que tampoco me dejaban parar...mi copa se regeneraba! no terminaba de tomarme una cuando antes de que me diera cuenta aparecia otra copa de vino delante de mi. Aún así, la noche fue muy bien...la parte que recuerdo, claro. Se que bajé al baño una par de veces porque el vino me da ganas de hacer pis; y se que bajé a invitar a una ronda tambien.....


....o eso pensaba yo.



Mi versión de lo que estaba pasando / y lo que realmente pasó:

-Mi versión: Bebí un par de jarras de vino tinto mientras hablaba apaciblemente con mis amigos sobre San Isidro y lo maravilloso de esta fiesta, los camareros iban y venían y todo eran sonrisas. Una mujer mayor me pidió que le dejara pasar por favor. Fue un rato de lo más agradable.

-Lo que realmente pasó: Nadie puede decir con exactitud cuantas jarras bebí; parece ser que nos llamaron la atención por comer comida del exterior dentro del bar y yo, con las gafas de sol puestas a las 9 de la noche, no paré de vacilar a unos camareros que no dejaban de decir que a la proxima nos tendríamos que ir; en venganza a esto, derramé un paquete de patatas fritas en el suelo del bar, provocando el resbalón de una señora mayor que casi se mata; las mismas patatas fritas que, al parecer, luego me comí e intenté que los demás también comieran.





-Mi versión: La luz del bar era bastante oscura; recuerdo pensar que porqué no encendían más luces. Recuerdo que todo el mundo me cayó genial y tuve conversacíones agradables con todos.

-Lo que realmente pasó: Me pasé toda la noche con las gafas de sol puestas, no veía un carajo y, al parecer, se me antojó preguntarle a todo el que me encontraba por el bar que porqué ellos no se las ponían también. Hay quien dice que se me antojó decir la palabra "bikini" a todo el mundo. Osea que yo era una individua que iba por el bar vestida de cucaracha con las gafas de sol puestas y gritandole "BIKINI" a la gente....





Mi versión: Bajé para invitar a una ronda.

Lo que realmente pasó: Pedí una ronda entera y, tras preguntarle al camarero porqué no se ponía las gafas de sol y porqué no llevaba bikini, me di cuenta de que no llevaba dinero...un amigo de mi compañera de piso tuvo que pagar la ronda a la que Yo iba a invitar. Según dicen, seguí asegurando que había pagado yo...




Mi versión: Fui al baño un par de veces porque me hacia pis...

Lo que realmente pasó: Tras tropezar por la escalera varias veces (no veía una mier** con las gafas puestas), intenté colarme dos veces en la cola del servicio de señoras. Al no dejarme me colé corriendo en el de caballeros empujando, entre otros, a un niño de 9 años que esperaba su turno apaciblemente.






Conclusión 1. Fue una gran tarde y lo pasé genial aunque al día siguiente me doliera la cabeza significativamente y me despertara con el uniforme de cucaracha todavía puesto. (zapatos incluidos)

Conclusión 2. La gente de Madrid tuvo mi propia versión de la fiesta de San Isidro, en la que una empleada con uniforme del ayuntamiento se pasea por el centro con una mochila y las gafas de sol puestas de noche, preguntandole a gritos a todo el que se encontraba por su bikini...

Conclusión 3. A pesar de todo, el portátil sobrevivió.





RESULTADO:

San Isidro: 1   
 P:  0






P.

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